“La
parte más difícil, más temeraria y más genial de la campaña, acababa de
efectuarse con éxito: el paso de los Andes y la reconcentración del ejército
del otro lado de la cordillera”
Una vez concluido el
cruce de los Andes por parte del ejército patrio, al mando del general José de
San Martín, se produce la concentración el 9 de
febrero en el Campamento
de Curimón de las
columnas que cruzaron por "camino de Los Patos" junto con las que
cruzaron por el "camino de Uspallata".
El gobernador realista
Francisco Marcó del Pont, sorprendido por la rapidez de las operaciones de San
Martín, reunió sus tropas, inferiores en número, en la cuesta de “Chacabuco”
como posición defensiva, a las órdenes del general Rafael Maroto para impedir
que el ejército revolucionario avance sobre Santiago.
Maroto al realizar un reconocimiento el día 12, encuentra la cuesta ocupada por el ejército de los Andes, siendo imposible su conquista. tenia dos opciones: retroceder a Colina o defender cerca de la Hacienda de Chacabuco, lugar donde estaban sus tropas, delante del cerro de Victoria, esta última fue su decisión final
Maroto al realizar un reconocimiento el día 12, encuentra la cuesta ocupada por el ejército de los Andes, siendo imposible su conquista. tenia dos opciones: retroceder a Colina o defender cerca de la Hacienda de Chacabuco, lugar donde estaban sus tropas, delante del cerro de Victoria, esta última fue su decisión final
San Martín dividió su
ejército en dos alas:
Ala derecha o 1ª División: se encontraba al mando del
Brigadier Miguel Estanislao Soler y compuesta por los batallones Nº1 de
Cazadores y Nº11, las compañías de Granaderos y Cazadores de los Batallones Nº7
y Nº8, el escuadrón Nº4 de Granaderos, el escuadrón escolta del general en jefe
y 7 piezas de artillería de 4" con 80 artilleros de dotación. Ascendía el
total de esta columna a 2000 hombres. Debía atacar por el oeste.
Ala Izquierda o 2ª
División: al mando de Bernardo O'Higgins estaba formada por las compañías de
fusileros de los batallones 7 y 8, los escuadrones restantes 1º, 2º y 3º de
Granaderos a caballo y 2 piezas de artillería (que perderían en el desfiladero)
de 4" con el resto del batallón de artillería. Ascendía el total de esta
columna a 1500 hombres. Debía atacar por el este.
El general José de San
Martín comandaba la reserva.
La estrategia de la
batalla, planteada por el Libertador, era sencillo: el Brigadier Miguel Estanislao Soler debía tomar el camino largo de la Cuesta
Nueva y atacar al enemigo de
flanco y envolverlo, debiendo pues, iniciar la batalla; al mismo tiempo,
O´Higgins avanzaría por el camino
corto de la Cuesta Vieja y
cargaría para atacar al frente. La columna de Soler no pudo efectuar con
rapidez su movimiento de flanco, y la división de O´Higgins, que lógicamente al
avanzar por el camino más corto, llegó primero y se lanzó a la lucha, iniciando el
combate por el frente.
Viendo San Martín la
participación de O´Higgins, anticipando el ataque, que ponía en peligro el
éxito de la batalla y que la carga impetuosa de la caballería española podría
disolver y aniquilar los batallones 7 y 8 que mandaba dicho jefe, y sin saber
que sucedía con su ala derecha, no vio más recursos, para impedir el inminente
desastre de su ala izquierda, que ponerse al frente de los tres escuadrones de
granaderos que mandaba el coronel José Matías Zapiola, y
desenvainando su espada cayó como rayo sobre la caballería enemiga, y la
rechazó a sablazos sacándola gran trecho del campo de batalla, dando tiempo así
para que se repusiera O´Higgins. Soler apareció entonces en el momento de mayor
peligro, y sorprendidos los españoles vieron que se tornaba en desastre lo que
al principio parecía ser una victoria realista. O´Higgins pudo reunir sus dos
batallones que cargaron a la bayoneta. Encerrado el ejército español, después
de una larga y valiente lucha, huyeron dejando 600 hombres de tropa como
prisioneros y numerosos jefes y oficiales.
El día 12 de febrero de
1817 marca en la historia americana el glorioso triunfo de Chacabuco. Cuarenta
y ocho horas después de la batalla, el general San Martín entraba en la cuidad
de Santiago.
Como acontecimiento
político y en relación con los destinos americanos, ya que dio la primera señal
de la guerra ofensiva de la independencia sudamericana, y conquistó para
siempre su sólida base de operaciones en las costas del Pacífico.
Día de Emisión: 30 de septiembre de 1967
Valor: m$n. 20,00
Viñeta: Retrato del General San Martín, por Pablo Nuñez de Ibarra (Propiedad del Museo Histórico Nacional)
Tirada: 2.000.000
Color: Ocre y negro.
Procedimiento: Litografía.
Tamaño: 30 x 40 mm.
Pliego de: 50 sellos.
Valor: m$n. 40,00
Viñeta: "Batalla de Chacabuco", pintura del artista chileno P. Subercaseaux (Propiedad del Museo de armas de la Nación)
Tirada: 1.000.000
Color: Azul acero.
Procedimiento: Grabado en acero (grabadora: M. A. Cabrera)
Tamaño: 47 x 32 mm.
Pliego de 50 sellos.
Decreto N° 2260/67
Impresos en Casa de Moneda de la Nación
Día de Emisión: 30 de septiembre de 1967
Valor: m$n. 20,00
Viñeta: Retrato del General San Martín, por Pablo Nuñez de Ibarra (Propiedad del Museo Histórico Nacional)
Tirada: 2.000.000
Color: Ocre y negro.
Procedimiento: Litografía.
Tamaño: 30 x 40 mm.
Pliego de: 50 sellos.
Valor: m$n. 40,00
Viñeta: "Batalla de Chacabuco", pintura del artista chileno P. Subercaseaux (Propiedad del Museo de armas de la Nación)
Tirada: 1.000.000
Color: Azul acero.
Procedimiento: Grabado en acero (grabadora: M. A. Cabrera)
Tamaño: 47 x 32 mm.
Pliego de 50 sellos.
Decreto N° 2260/67
Impresos en Casa de Moneda de la Nación
Valen algo los sobres con las estampitas
ResponderBorrarsi valen. Incluso hay veces que la estampilla vale mucho más si esta en el sobre.
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