En el año 1433, el Duque de Borgoña asume el control sobre gran parte de los territorios neerlandeses. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos V y Felipe II los Países Bajos se convirtieron en una parte del Imperio Español.
Durante la segunda mitad del siglo XVI, los Países Bajos enfrentaron a España en una guerra que por su duración, se llamó "La Guerra los 80 Años" o "Guerra de Flandes", desde 1568 hasta 1648. Culmina con la independencia de siete provincias que hoy forman parte de los Países Bajos.
Con su independencia y el declive de Amberes, los Países Bajos prosperan y el comercio floreció. Amsterdam se convirtió en el mayor centro comercial de Europa. A comienzo del siglo XIX inicia su decadencia. Finalmente Ámsterdam pierde su liderazgo, como ciudad más importante, frente a Londres.
Debido a conflictos internos y la situación en Europa, los Países Bajos se convierten, primero, en un país satélite de Francia y luego en una simple provincia imperial.
Tras la batalla de Leipzig y el posterior colapso del Imperio Francés en 1813, los Países Bajos fueron restaurados como principado soberano. La conferencia de Viena de 1815 confirma la creación del Reino de los Países Bajos.
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